miércoles, 26 de enero de 2011

El Caso de Phineas Gage. Una sorprendente lesión que cambió su personalidad.

Corría el año de 1848, Phineas tenía 25 años, y estaba satisfecho con su trabajo de capataz de la construcción de rieles del ferrocarril de Vermont. Una de sus funciones era la de colocar cargas explosivas en los agujeros taladrados en la roca. Rellenaba el agujero de pólvora, colocaba un detonador, y finalmente lo tapaba con arena, la cual tenía que aplastar y compactar con una pesada barra de metal. El 13 de septiembre, Phineas se encontraba haciendo su trabajo, pero en un descuido se olvidó de tapar con arena en el agujero y empezó a presionar con la barra, que al contacto con la piedra generó una chispa que provocó la explosión de la carga. La fuerza de la explosión lo hizo volar 30 m por los aires, y cuando sus compañeros fueron a rescatarlo se quedaron horrorizados. La barra de hierro que utilizaba para presionar la arena le había atravesado el cráneo, entrando por la mejilla izquierda y saliendo por la parte superior derecha, atravesando el cortex cerebral. La barra que medía 109 cm y pesaba alrededor de 6 kilos, fue recuperada pocos metros más allá llena de sangre y trozos de cerebro.

A consecuencia de la lesión se afectaron los nervios ópticos y motrices de su ojo izquierdo, Según los expertos, si una barra de semejante tamaño atraviesa el cráneo lesionaría los lóbulos frontales y las estructuras vasculares vitales como el Seno sagital. Al parecer la barra pasó por debajo, y aunque le lesionó el lóbulo delantero, no acabó con la vida de Phineas. La lesión no lo mató, pero si modificó su personalidad.
Lo increíble del caso es que Phineas no murió al instante, ni siquiera estaba inconsciente, de hecho hasta hablaba y no mostraba señales de incoherencia.
Enseguida los subieron a una carreta y lo llevaron hacia donde el médico del pueblo, el doctor John Martin Harlow, quien totalmente asombrado le prestó los primeros auxilios, limpió como mejor pudo los orificios de entrada y salida, y al poco tiempo lo dio de alta.
A consecuencia de la lesión se afectaron los nervios ópticos y motrices de su ojo izquierdo, Según los expertos, si una barra de semejante tamaño atraviesa el cráneo lesionaría los lóbulos frontales y las estructuras vasculares vitales como el Seno sagital. Al parecer la barra pasó por debajo, y aunque le lesionó el lóbulo delantero, no acabó con la vida de Phineas. La lesión no lo mató, pero si modificó su personalidad.

Sus jefes, quienes lo consideraban el trabajador más eficiente y capaz antes de accidente, dijeron que los cambios que había sufrido eran tan marcados que no le darían nuevamente su antiguo trabajo. Era inestable e irreverente, dado a la más grosera conducta, profano, manifestaba escaso respeto por sus iguales, impaciente y dado a no escuchar consejos cuando algo se oponía a sus deseos. También se mostraba pertinaz y obstinado, caprichoso y vacilante, embebido en muchos planes para el futuro, incapaz de continuar una tarea demasiado larga. De esta manera, todos los que lo conocían dijeron que él “ya no era Gage”.

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